¿Cuál es la condición de los traductores en zonas de conflicto?
«Los intérpretes son el canal comunicación»
El rol de los traductores e intérpretes en zonas de conflicto es fundamental porque permite que la comunicación entre los actores sea efectiva. Considerando que hay factores de riesgo que dificultan un correcto desempeño. Esto se debe a que las condiciones de seguridad, climáticas y de preparación profesional no son las óptimas.
Es importante tener presente que la figura de intérprete en zonas de conflicto surge como respuesta de la las guerras y su extensión
Algunos de los encargados de contratar a traductores e intérpretes para apoyo en zonas de conflicto y a refugiados, son las ONGs, Ministerios, prensa, ejército
Las instituciones que intervienen en los conflictos son las que requieren interpretes para llevar procesos de negociación, atención y asistencia. Algunas de las principales son las ONGs, Ministerios de gobierno, prensa nacional e internacional, ejércitos, entre otros
Hay que tener presente que cada conflicto es diferente, donde se mantienen condiciones distintas, en ese marco es importante considerar lineamientos que guíen tanto a las instituciones u organizaciones como a los intérpretes o asistentes de lengua
>Recordando el ambiente en el que tienen que trabajar los intérpretes, el método de interpretación se da por susurro, para mantener confidencialidad y evitar interrupciones.
Problemas que enfrentan los traductores en zonas de conflicto
La labor de traducción en zonas de conflicto trae consigo una serie de problemas relacionados con seguridad, desde desprotección, juicios, privación de la libertad, persecución y en el peor de los casos hasta la muerte. Hay muchos casos y testimonios sobre las condiciones por las que tuvieron que pasar intérpretes en la zona de guerra en Afganistán. En zonas de guerra como Iraq se estima que desde 2003 hasta 2016 se registraron 1200 intérpretes heridos y 300 muertos
En ocasiones los traductores no están certificados y enfrentan condiciones complejas, además con frecuencia son jóvenes que buscan sobrevivir y ayudar a sus familias. Considerando también que hay sectores de la sociedad que se dividen al ser contratado por una de las partes, esto hace que se ponga en tela de duda la neutralidad frente a la contraparte. Teniendo en cuenta que no es común que después de que termine el conflicto o la intervención los traductores se hagan profesionales y se dediquen de manera profesional el resto de su vida.
Consideremos sobre todo que, cuando se termina la intervención en ocasiones de grupos humanitarios o de ejércitos en la zona conflicto los que actuaron como traductores suelen quedar aislados de la sociedad, son mal vistos y de la misma forma el resto de su familia y pueden ser víctimas de violencia por venganzas personales.
Uno de los problemas por los que no se puede intervenir o hacer planes de contingencia, es la falta de registro correspondiente sobre las personas que desempeñan este papel y las condiciones en las que se encuentran tanto antes como después. Además, es bastante informal el contacto y contrato que mantienen, no hay un soporte sobre el ingreso que van a recibir o los plazos en los que se van a hacer efectivos, pero, sobre todo tienen desinformación respecto a la actividad, el nivel de peligro que corren y bajo qué términos se desarrolla la negociación de ser el caso.
Frente a este escenario las organizaciones de traductores e intérpretes profesionales en el mundo se pusieron en marcha para concientizar a los gobiernos, sobre la prioridad de reconocer y brindar apoyo a las personas que cumplen con la labor de interpretación e intervención en zonas de conflicto. De la misma forma en 2012 elaboraron y publicaron la Guía práctica en zonas de conflicto para traductores/intérpretes civiles y los que emplean sus servicios. En la guía se establecen derechos básicos, obligaciones y también se sugieren prácticas tanto para los traductores e intérpretes como para los que emplean sus servicios, sean estas, organizaciones, empresas, entes gubernamentales, medios de comunicación, entre otros.
Uno de los problemas por los que no se puede intervenir o hacer planes de contingencia, es la falta de registro correspondiente sobre las personas que desempeñan este papel y las condiciones en las que se encuentran tanto antes como después. Además, es bastante informal el contacto y contrato que mantienen, no hay un soporte sobre el ingreso que van a recibir o los plazos en los que se van a hacer efectivos, pero, sobre todo tienen desinformación respecto a la actividad, el nivel de peligro que corren y bajo qué términos se desarrolla la negociación de ser el caso.
Frente a este escenario las organizaciones de traductores e intérpretes profesionales en el mundo se pusieron en marcha para concientizar a los gobiernos, sobre la prioridad de reconocer y brindar apoyo a las personas que cumplen con la labor de interpretación e intervención en zonas de conflicto. De la misma forma en 2012 elaboraron y publicaron la Guía práctica en zonas de conflicto para traductores/intérpretes civiles y los que emplean sus servicios. En la guía se establecen derechos básicos, obligaciones y también se sugieren prácticas tanto para los traductores e intérpretes como para los que emplean sus servicios, sean estas, organizaciones, empresas, entes gubernamentales, medios de comunicación, entre otros.
Algunos de los derechos y obligaciones que se incluyen en la guía para traductores e intérpretes son: el derecho a protección, apoyo, límites, sesión e información, mientras que sus obligaciones son ser imparciales, mantener estricta confidencialidad y saber trabajar en condiciones de precisión.
Los traductores e intérpretes son el canal de comunicación más importante para comprender de forma oportuna y precisa las ideas de un idioma a otro. Permiten que exista fluidez y respeto, ya que su trabajo es comprender a fondo la cultura, el lenguaje y los diferentes contextos en los que se transita, para adaptar exactamente el mensaje. En definitiva, sin importar la situación en la que tengan que desempeñar su rol, es importante que se valore su trabajo con garantías que le brinden seguridad.